Abramos el eterno debate sobre si eres de los que quiere la pizza con piña o no. Seguro que al leer esta frase te has posicionado automáticamente. Hace poco en una sesión de convivencia dirigida a adolescentes, les planteé justamente este dilema. No referido a la piña, sino a lo que nos gusta o no nos gusta. Si estáis con familia o con amigos, y decidís pedir unas pizzas, seguramente al momento hay alguien que dice, de atún no que a mí no me gusta, o el que pide todos los quesos que hay en la carta, o el no come carne y busca ingredientes vegetales. Sea como sea, el caso es que frente a una pizza, todos tenemos claro lo que nos gusta o no nos gusta.
Pongamos el caso ahora de las personas que tienen intolerancia a algún ingrediente, o alguna alergia, ahí no es cuestión de gustos, aún y en el caso de que les gustara no lo pueden comer. Lo evidencian, las urticarias, las hinchazones, la descomposición y varios síntomas más. Tu cuerpo te dice de alguna manera que eso no es bueno para ti. Y aunque a veces no sepas ni de donde te viene, hay pruebas, analíticas y demás que te indican lo que te hace bien y lo que no.
Y ahí entraba mi reflexión con el grupo, si eres capaz de decir enseguida a alguien que va a pedir una pizza, a mí no me la pidas con pepperoni que no me gusta, ¿por qué no eres capaz de decirle a alguien que no te gusta que te hable de una determinada manera? O que no te gusta que utilice ese mote para referirse a ti, que no te gusta que te chute la mochila cuando pasa por tu lado, que no te gusta que te haga burla, o que no te gusta que te ignore y no escuche lo que tienes que decir.
Está claro que no se necesitan las mismas habilidades, para decir no quiero piña en la pizza, que para decir no quiero que me levantes la voz. Y ahí pienso está la faena primera de todos los padres, profesores, educadores, entrenadores, monitores… Sea cual sea tu relación con niños y con adolescentes, desde muy pequeños deberíamos poder educar en que sepan decir lo que les gusta y lo que no. Y no me refiero a las lentejas, esas que si quieres las comes y si no las dejas, sino a todo lo social, a todo lo que tiene que ver con relacionarte con los demás, empezando por tu núcleo más cercano. Porque cuando en un conflicto, una parte le deja claro a la otra que eso que ha hecho no le gusta, y que no quiere que se lo haga más, la otra parte ya decide a sabiendas, de que la otra persona le ha dicho que, así no.
Creedme que esta es una de esas tareas de pico pala que hay que hacer desde que son muy pequeños, y creo uno de los mejores regalos que podemos dar en la educación. Ayudarles a que puedan primero reconocer como debe ser tratada una persona, cual es el respeto que uno debe darse primero a sí mismo, y por consiguiente luego hacia los demás, para que después de reconocerlo, sepan pedirlo y marcar los límites respecto a su persona. Porque todo no vale, ni con tres años ni con cincuenta. Porque no hay analíticas que te digan que tienes intolerancia a las personas que faltan al respeto, ni te sale urticaria cuando estás con alguien que te trata mal.
Hay algo mucho peor, una autoestima que cae como el Crack del 29, y una creencia interior de que lo que pasa es merecido, buscando tu responsabilidad, donde deberían buscarla los demás. Si hay algo en tu vida que no te gusta, espero que encuentres la manera de poderlo decir, y que tengas claro que el respeto es algo que todas las personas merecemos, y que es igual que la pizza mitad y mitad. Porque primero necesitas el respeto hacia ti mismo para poder tener respeto hacia los demás.
👏👏 Com tot el que escrius
Mencantaaaaaaa🌺
Respectar!!!!! Bonica i important paraula. No podem anar enlloc si no en som capaços. A casa, a l’escola… n’hem de parlar, creure’ns-la i fins hi tot estimar-la.
Hem de ser exemple per poder transmetre-la!!!
Gràcies 🌺
Tere pues como siempre… mil gracias!!!! Sí que es tan importante respetar, en todos los sitios y siempre. Un abrazo enorme que mando para Cambrils.
Pues para mi la piña en la pizza es un placer casi tan grande como leer artículos como éste. Gracias por escribir 🙂
Jooo que bonito!!!!! Mil gracias de verdad!!! Por todo.
Esther me ha gustado mucho tu artículo y como lo has relacionado con la pizza. Te doy toda la razón que tenemos una gran labor que hacer de pico y pala como bien dices educadores, padres y toda la tribu para enseñar desde bien pequeñ@s lo que nos gusta y poner límites cuando no es así. Y primero tenerse respeto un@ mism@ que a menudo se nos olvida !!!!
Gracias por tu bonita reflexión.
Un fuerte abrazo ❤
Pilar que ilusión tus palabras!!! Tengo un recuerdo genial del curso que hicimos. Me alegra tanto que te haya gustado el artículo, de verdad.
Que sepas que cada vez que utilizo aceites esenciales, pienso cosas de las que me explicaste, y aún tenemos pendiente hacer una formación contigo!!
Espero que estés bien. Y lo del respeto a uno mismo a veces tienes razón que se olvida. Gracias de corazón.
Te mando un abrazo enorme.